La Bastilla, una fortaleza del siglo XIV construida para salvaguardar las puertas de la ciudad, fue asaltada el 14 de julio de 1789, lo que dio inicio a la Revolución Francesa. Bajo el cardenal Richelieu, se convirtió en una prisión. Ahora, la bulliciosa plaza en su centro, la Place de la Bastille, alberga la monumental Colonne de Juillet, una imponente columna de bronce verde de 52 m de altura coronada con una estatua dorada de la Libertad alada. Enterrados debajo de la plaza yacen los restos de los revolucionarios del levantamiento de 1830. Con la finalización de las importantes remodelaciones que unen la Place de la Bastille con el Bassin de l'Arsenal, la cripta debajo de la plaza pronto se abrirá al público.